jueves, 17 de enero de 2008

Exumación del Cadáver de Eloy Alfaro




EXHUMACIÓN DEL CADÁVER DE ELOY ALFARO


“Sobre un cadáver, real o figurado, entero o en pedacitos, el Ecuador ha decidido construir sus futuro: el cadáver de don Eloy”. [1] El Ex Presidente de la República, Eloy Alfaro, en los últimos días causó un gran revuelo en la historia de nuestro país, debido a la inaguración de la Asamblea Constituyente en Montecristi, con el traspaso de sus restos a la Ciudad Alfaro.



Este acto simbólico es el comienzo de una nueva sociedad marcada por la revolución ciudadana del actual Gobierno. Sin embargo, muchos han sido los comentarios emitidos por los ciudadanos ante estos hechos.



La cultura de nuestro país, da pie para adorar y respetar a los hombres y mujeres que por algún motivo se destacaron en la historia ecuatoriana, como es el caso de Eloy Alfaro, que en manos del pueblo fue asesinado brutalmente. A pesar de todo, éste personaje actualmente fue proclamado “El Mejor Ecuatoriano de los últimos tiempos” por un medio de comunicación (Ecuaviza). Este medio se ha encargado de difundir y rescatar el valioso papel de este personaje años atrás.



Lamentablemente, somos una sociedad con poca “curiosidad arqueológica”, nos conformamos con lo que nos contaron los libros de historia de las escuelas, nos dejamos llevar por las construcciones sociales impuestas por intereses. Este es el caso de la exhumación del cadáver de Eloy Alfaro, que en realidad no conocemos si en esos restos estaban quizá partes de otros hombres que murieron en iguales circunstancias.



“Los restos de Eloy Alfaro, dicen algunos medios. ‘Una parte de los restos’, asegura la mayoría consiente de que en urna tan pequeña no podría caber don Eloy completo, por chiquito que fuese”.[2]
Es absurdo que seamos una sociedad que vive del pasado, que reconstruye su futuro en base a cadáveres que algún momento contribuyeron con el desarrollo del país, deberíamos dejarlos descansar en paz y construir nuestro propio destino en base a ejemplos de hombre luchadores y emprendedores que actualmente están contribuyendo con nuestro futuro, a esos hombres se los debe homenajear en vida sus acciones, más no cuando ya no pueden sentirse orgullosos de sus actos.



Es bueno reconocer los actos de nuestros antepasados, tomarlos como ejemplo, pero no estancarnos en ello, ya que vivimos en una sociedad de constantes cambios donde no se nos está permitidos quedarnos en el pasado.

[1] Aguilar, Roberto, “Necrofagia”, Primera piedra del futuro: un cadáver, El Comercio, 1ro de diciembre del 2007.
[2] Ídem.