lunes, 22 de octubre de 2007

ANDY WARHOL


ANDY WARHOL
(COMENTARIO)


Andy Warhol, fue un artista multifacético que transformó el mundo artístico clásico, tuvo una exitosa carrera y fue reconocido mundialmente gracias a sus grandes obras de ilustración publicitaria en revistas y propagandas.
Fue el pionero del cine experimental, produjo filmes con nociones diferentes a los de Hollywood, convirtiéndose así en el cineasta revolucionario de los sesenta.
Warhol, fue el máximo exponente del Pop Art, a demás, en sus obras plasmaba su profunda crítica hacia el consumismo estadunidense; también, en sus pinturas mostraba claramente su tendencia sexual, por ejemplo en su obra llamada “el león”, dibujó un león imponente de duro aspecto que muestra su lado sensible o femenino al estar maquillado los ojos y trompa, muchas fueron sus obras con esta tendencia.
Realizó varias pinturas con grandes artistas de televisión, cine, música, políticos, etc, rindió homenajes algunos de ellos con fabulosos trabajos de arte. Dejó a un lado el arte tradicional y se dedicó al arte moderno utilizando varias herramientas de trabajo, materiales que ningún artista jamás utilizó como el vidrio molido que daba un toque especial a sus obras, tomaba personajes ficticios clásicos (superman) y personajes que sobresalieron en la historia (Freud).
Andy
Warhol a pesar de pasar por una dura niñez llena de pobreza y enfermedad, logró salir adelante porque logró materializar el sueño americano saltando a la fama.

Intertextualidad

La muerte de Fray Bartolomé Arrazola
(Intertextualidad)

En España, nació Fray Bartolomé Arrazola, un hombre religioso que era poseedor de grandes conocimientos y una envidiable inteligencia. Bartolomé fue admirado por su humilde corazón que se veía reflejado en sus actos de beneficencia.
Luego de varios años de arduo labor en su tierra natal fue enviado a Guatemala a continuar con su ayuda a los más necesitados. Allí fue recibido con alegría y muchas expectativas, viajaba de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo brindando ayuda, hasta que llegó a la selva de Guatemala, lugar que se caracterizaba por el intenso calor, espesa vegetación y gran variedad de animales exóticos.
Un día Fray Bartolomé maravillado por la hermosa naturaleza, empezó a caminar y a caminar sin darse cuenta que cada vez más se iba alejando del camino que lo llevaba a casa, tras largas horas de caminata se dispuso a regresar y se dió cuenta que no sabía que rumbo tomar; cayó la noche y lleno de horror tuvo que buscar un lugar seguro para protegerse de los animales salvajes que asechan en las noches.
A la mañana siguiente Bartolomé empezó la búsqueda del camino que lo llevaría a su casa junto a sus amigos, tenía mucha sed y mucha hambre, cada vez iba perdiendo fuerzas y con ellas las esperanzas de llegar al lugar donde nunca debió salir solo.
Pasaron tres días de constante peligro en medio de esa selva que lo estaba volviendo loco porque a pesar de sus suplicas, se dió cuenta que su destino estaba morir en aquel lugar y lo que más le atormentaba era que su familia iban a sufrir por no saber nada de su destino. Con las pocas fuerzas que le quedaban avanzaba poco a poco hasta que perdió el conocimiento, horas más tarde despertó por el sonido de unos gritos, tambores y un lenguaje que apenas conocía.
Al momento de su inconsciencia fue encontrado por una tribu que vivían en lo más profundo y peligroso de la selva, está tribu se caracterizaba por sacrificar a los intrusos que invadían su territorio.
Fray Bartolomé Arrazola en su consternación al verse atado y a su alrededor un grupo de indígenas que en su idioma exigían su muerte se acordó que ese día se iba a dar una eclipse solar y asumió que dicha tribu desconocía de tales fenómenos. Inmediatamente con pocas palabras de aquel idioma exclamó: “Si me matáis –les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.”
[1]
Al instante se dió cuenta de la expresión de sorpresa en el rostro de los indígenas, entre ellos empezaron a dialogar y a soltar carcajadas dando a entender a Bartolomé que había cometido un gran error.
Arrepentido y lleno de dolor por sus heridas escuchaba las fechas de cada eclipse que un indígena repetía, se percató que esa tribu contaba con su propia astrología. En su agonía pedía perdón a Dios por tratar de engañar a esos individuos que por ser indígenas creyó que eran incrédulos e ignorantes.








BIBLIOGRAFIA:
· Monterroso, Augusto, “El eclipse”

[1] Monterroso, Augusto, “El eclipse”.